El Carvedilol reduce la morbilidad y la mortalidad en pacientes con insuficiencia cardíaca severa. Packer M, Coats AJS, Fowler MB, Katus HA, Krum H, Mohacsi P et al for the Carvedilol Prospective Randomized Cumulative Survival Study Group. Effect of carvedilol on survival in severe chronic heart failure N Engl J Med 2001; 344: 1651-1658. Objetivo: Valorar el efecto sobre la mortalidad y morbilidad (rehospitalizaciones por cualquier causa) del tratamiento con el betabloqueante (BB) carvedilol en pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva (ICC) severa. Diseño: Ensayo Clínico randomizado, doble ciego y controlado con placebo. Emplazamiento: 334 centros de 21 países distintos de los cinco continentes. Población de estudio: 2289 pacientes con fracción de eyección de 25 % o menos que presentaban síntomas de ICC en relación con mínimos esfuerzos o en reposo (clase funcional IV NYHA) y se encontraban clínicamente “euvolémicos” (ausencia o mínima evidencia de retención hidrosalina). La edad media fue de 63,3 años (+/- 11,5) y el 79 % eran varones. En el 67 % de los pacientes la ICC era de causa isquémica. Todos los pacientes estaban recibiendo tratamiento estándar para su ICC (IECAS, diuréticos y opcionalmente digoxina u otros). Los principales criterios de exclusión fueron: haber necesitado vasodilatadores o agentes inotrópicos iv durante el período inicial de screening (días 3 a 14); estancia actual en UCI ó UVI; presencia de signos o síntomas de marcada retención hidrosalina; Intervención: Los pacientes fueron randomizados en dos grupos, uno de ellos (n= 1156) recibió carvedilol comenzando con dosis muy bajas (3,125 mg/12 h) hasta alcanzar de forma progresiva (duplicando dosis cada dos semanas) una dosis diana de 25 mg/12 h o bien la máxima dosis tolerada por el paciente. El otro grupo recibió (n = 1133), además del tratamiento convencional de la ICC. El período de randomización comenzó en Octubre de 1997 y fue detenido prematuramente por el comité de seguridad del estudio en Marzo de 2000 a la vista de los resultados. Medición del resultado: El objetivo primario del estudio fue la mortalidad por cualquier causa. La combinación de muerte y hospitalización por cualquier causa fue uno de los cuatro objetivos secundarios fijados. Se construyeron las curvas de supervivencia acumulada según el método de Kaplan-Meier. Se valoró la significación estadística mediante log-rank. El efecto del carvedilol sobre la supervivencia y el riesgo combinado de muerte u hospitalización fueron definidos según seis variables basales diferentes: sexo, edad (< 65 vs >= 65 a ), fracción de eyección (< 20 % vs >= 20 %), etiología de la ICC (isquémica vs. No isquémica), localización geográfica del estudio (por continentes) y antecedentes o no de hospitalización por ICC en el año previo.
Resultados principales: Acontecieron 130 muertes en el grupo carvedilol y 190 en el grupo placebo (igual a una mortalidad en el primer año del 24 %). La diferencia de la mortalidad global fue un 35 % (19 al 48 %; IC 95%) menor en el grupo carvedilol respecto a placebo. Un total de 425 pacientes presentaron el objetivo secundario combinado de muerte u hospitalización con carvedilol, respecto a un total de 507 pacientes con placebo (diferencia de un 24 %). El efecto favorable de carvedilol fue observado en los seis subgrupos previemente descritos, de forma consistente. Se produjeron menos discontinuaciones del tratamiento entre los pacientes que recibían carvedilol respecto a placebo (14,8 vs. 18,5 %, P= 0,02). Conclusión: El tratamiento con carvedilol, que en ensayos clínicos previos ha demostrado un efecto beneficioso en términos de mortalidad y morbilidad en pacientes con ICC ligera o moderada, se extiende a los pacientes que presentan ICC severa, según se pone de manifiesto en este estudio. COMENTARIO: Hasta el momento, existe una evidencia consolidada sobre el beneficio de los betabloqueantes (BB) en la ICC con disfunción sistólica en grados ligeros y moderados, según ha sido puesto de manifiesto recientemente en un importante meta-análisis (1) que estimó el beneficio global en términos de reducción de mortalidad en un 35 %, precisamente la misma cifra que ofrece el estudio que se analiza en el presente artículo. Sin embargo, hasta ahora el número de pacientes incluidos en ensayos con BB con ICC severa era muy escaso, ya que los estudios se habían centrado fundamentalmente en pacientes con ICC clase II y III de la NYHA, con fracción de eyección deprimida en distintos grados. Este estudio evalúa este subgrupo de pacientes con ICC severa en los que aún permanecía el interrogante y obtiene unos resultados prácticamente idénticos que en pacientes en mejor situación clínica. Las aportaciones de este estudio van probablemente más allá. Hasta ahora, los BB estaban indicados en la ICC dentro de una situación estable de hasta dos meses sin haber precisado ajustes de tratamiento, sin síntomas congestivos ni signos de retención hidrosalina, situación exigida para la entrada en los ensayos previos (2,3), pero realmente difícil de obtener en la práctica clínica diaria. Este ensayo es más amplio en los criterios de inclusión, ya que en la ICC severa son difíciles de obtener estas premisas. De forma similar a los estudios previos, se exigía un estado de “euvolemia” definido como ausencia o mínima evidencia de retención hidrosalina como por ejemplo ligeros edemas maleolares (a menudo esta situación es la basal en el paciente con ICC), pero no se excluían los pacientes que habían precisado tratamiento diurético (incluso parenteral) en los días previos a la inclusión. Sí eran excluidos los pacientes con clínica evidente de congestión pulmonar o sistémica, así como los que hubiesen precisado inotrópicos o vasodilatadores iv recientes.
Por tanto, esta situación se aproxima más a la de la práctica cotidiana, permitiendo ampliar el espectro de administración de los BB, en concreto de carvedilol. Obviamente, se mantiene la forma de administración muy cautelosa, comenzando con dosis bajas (3,125 mg/12 h), duplicando dosis cada dos semanas, hasta una dosis de 25 mg/12 h o bien la máxima dosis tolerada por el paciente inferior a esta. Aunque el beneficio con carvedilol es máximo a esta dosis diana, también es significativo a dosis menores (12,5 mg/12 h). ¿Son aplicables estos resultados a otros betabloqueantes? La respuesta por el momento es no, como se pone de manifiesto en el estudio BEST (4) publicado en este mismo número del New England. Los resultados con bucindolol, un BB no cardioselectivo sobre pacientes con una ICC avanzada en clase funcional III-IV no fueron superiores al placebo, con un efecto beneficioso pronóstico ligero y no significativo (33 % de mortalidad en el grupo placebo frente a un 30 % en el grupo bucindolol; P= 0,13). Alguna consideración merece hacerse como por ejemplo que en el estudio BEST la gran mayoría de pacientes estaban el CF III (92 %) y se requería además una fracción de eyección menor a un 35 % (superior a la del presente estudio, del 25 %) lo que quiere decir que no presentaban una ICC tan severa. Otro hecho curioso es que en el análisis de subgrupos, si exceptuamos los pacientes de raza negra (627 sobre 2708) el beneficio sobre la supervivencia sí alcanzó significación estadística. La explicación más plausible para los diferentes resultados en la ICC con distintos BB debe buscarse en las características particulares de cada fármaco. El carvedilol es un BB no selectivo (bloqueo beta 1 y beta 2) con una acción alfa-1 bloqueante (acción por tanto vasodilatadora periférica). El bucindolol es también no cardioselectivo, que proporciona un importante bloqueo beta-2, con un únicamente ligero efecto alfa-1 bloqueante. Ninguno de los dos posee actividad simpaticomimética intrínseca (al contrario, lo que se persigue en la ICC es la inhibición adrenérgica crónicamente activada). Debemos recordar que tanto bisoprolol como metoprolol (CR/XL), BB cardioselectivos, han demostrado también en ensayos amplios mejorar la supervivencia y reducir la morbilidad en pacientes con ICC ligera y moderada (2,3). A la vista de los resultados de este importante estudio y de la evidencia acumulada actualmente (más de 13.000 pacientes incluidos en ensayos, un número mayor que con IECAS), cabe insistir en la posición estratégica que el médico de familia ocupa de cara a la implementación del betabloqueo en los pacientes con ICC. Adicionalmente, ya que no todos los BB parecen ser iguales y demuestran claras diferencias en concreto en este aspecto, nos corresponde conocer bien estos fármacos y en especial su manejo clínico en estos pacientes. BIBLIOGRAFIA: 1) Brophy JM, Joseph L. Roulou JL. Beta-blokers in congestive Heart Failure: A Bayesian Meta-Analysis.
2) The Cardiac Insufficiency Bisoprolol Study II (CIBIS-II): a randomizad trial. Lancet. 1999; 353: 9-13.
3) Effects of metoprolol CR/XL in chronic heart failure: Metoprolol CR/XL Randomized Intervention Trial
in Congestive Heart Failure (MERIT-HF). Lancet 1999; 353: 2001-7
4) The Beta-Bloker Evaluation Survival Trial Investigators (BEST). A trial of the beta-bloker bucindolol in
patients with advanced chronic heart failure. N Engl J Med; 344: 1659-1667.
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